En nuestro recorrido croquetero por Barcelona, nos topamos con la Terraza Martínez. Ubicada en la Ctra. de Miramar, 38 y anclada al cielo, este templo de la gastronomía se ofrece como un deleite para los amantes de las tapas innovadoras y la cocina tradicional con un toque de glamour y sofisticación.
Lo de Martínez no se queda solo en un festín para el paladar. Sus vistas panorámicas al encantador puerto, la vibrante ciudad y el infinito mar juegan un papel estelar en la experiencia. Mientras te deleitas con sus delicias culinarias, también puedes perderte en los fascinantes paisajes que este mágico lugar ofrece.
¿Hablar de lo que sirven? Ay, amigo, aquí es donde Terraza Martínez se lleva el premio gordo. Las croquetas de jamón, esa joya de nuestra gastronomía, son una auténtica obra de arte aquí, crujientes por fuera y tiernas por dentro. Las zamburiñas, ese marisco que nos vuelve locos, y el socarrat de gamba roja, hacen de tu experiencia culinaria un viaje a lo desconocido. Y no, no se te olvide dejar hueco para el pastel de queso, porque es de esos caprichos que hacen que todo cobre sentido.
Todo esto, en un ambiente increíblemente relajado y con vistas de postcard. No es de extrañar que Terraza Martínez se haya convertido en una de nuestras paradas obligatorias. ¿Quién dije que las croquetas no podían ser gourmet?